FORMAS DE VIDA TRADICIONALES

  • 16 DIC 2010

SIERRA DE TRAMUNTANA MALLORCA La sierra de Tramuntana es la parte más abrupta de la isla, donde predomina el cultivo del olivo y la cría de ovejas. La organización del espacio rural de la sierra se había basado hasta entonces en las possessions, grandes explotaciones que determinaban el paisaje y la economía local. La población activa dependía de la oferta de trabajo de estas fincas, sobre todo en la época de cosecha de los cereales y de la aceituna, y el resto del año se dedicaba al cultivo de pequeñas parcelas o a la explotación de los recursos forestales, como la fabricación de carbón vegetal, cal o la recogida de leña. Durante siglos, el aceite fue la principal riqueza de las possessions de montaña, y este producto se exportaba en grandes cantidades a destinaciones europeas como Italia, Francia u Holanda. La producción llegó a ser muy importante: en el año 1784 se contabilizaron hasta quinientas almazaras en la isla. Y empleaba a muchos trabajadores: cientos de mujeres de otras comarcas acudían a la montaña para recoger aceitunas en la época de cosecha, mientras que los hombres ponían a punto la almazara para la producción del aceite. Otras actividades tradicionales importantes fueron la obtención de madera, pasto para el ganado y la caza, sobre todo de tordos. Y también la producción de carbón y cal o la recogida de nieve, actividades que han dejado un importante legado antropológico que todavía hoy puede admirarse cerca de algunos caminos de montaña. Estas últimas actividades fueron un importante complemento económico para muchos hogares. La producción de carbón vegetal se llevaba a cabo en primavera y verano, y a menudo toda la familia participaba en ella. Primero era necesario cortar leña de encina, pino u otros árboles y arbustos, apilarla y cubrirla con haces de rama delgadas y verdes. Entonces se encendía la madera, que se quemaba poco a poco. Luego se seleccionaba el carbón y se trasladaba a Palma para venderlo. La abundancia de piedra calcárea posibilitó también una importante producción de cal, que se usaba para la construcción, se administraba a personas con deficiencia de calcio o se utilizaba para aislar las casas o para desinfectar cisternas. Y otro recurso importante fue la nieve , antaño un producto con aplicaciones medicinales y gastronómicas. Por ellos se recogía y almacenaba en las llamadas casas de nieve (cases de neu), agujeros excavados en la tiera recubiertos por paredes de mampostería y con un suelo empedrado. Uno de los paisajes más característicos de la sierra son las terrazas o bancales, horizontalidad ganada a la montaña con mucho esfuerzo, y que permitía el cultivo y la retención del agua de la lluvia. Estas terrazas, delimitadas con paredes de piedra seca, se destinaban generalmente a plantar olivos, almendros y algarrobos. Hoy las zonas cultivadas son sobre todo los valles que ocupan las huertas de Sóller, inundadas de cítricos, Pollença y los bancales de Banyalbufar, Estellencs y Deià. El cultivo más característico de las tierras de secano sigue siendo el olivo, combinado a veces con cereales y algarrobos, y con sus frutos se elabora un aceite dulce de calidad excelente.