HISTORIA

  • 01 DIC 2007

SÓLLER, UN CAMINO POR DESCUBRIR Posiblemente en Sóller se encuentre uno de los asentamientos humanos más antiguos de Mallorca. Se trata del yacimiento de la ?Cova de Muleta? que según análisis de radiocarbono podrían datar del 4.000 a .C y en la que aparecieron restos de la cabra endémica de Mallorca y Menorca, el Myotragus balearicus, extinguido hace 5.000 años. De la Cultura Talayótica (1200 ? 650 a C.), caracterizada por construcciones de grandespiedras, podemos destacar el talayot de Sa Roca Rotja. De la ocupación romana (123 aC.) destacamos la importancia comercial del Port de Sóller, en el que se han hallado diversos restos arqueológicos, como un ancla romana, que se puede visitar en el Museo de Sóller. Sóller toma su nombre del topónimo de origen árabe Sulyar, que data del siglo X y que evidencia el paso de la cultura islámica en el municipio, al que pone fin en el 1.229 el desembarco en Sta. Ponça de las tropas de la corona catalano- aragonesa del rey Jaume I y la conquista cristiana de Mallorca. Ya en el s. XV y hasta el s. XVIII, otros desembarcos causarían en la localidad trágicos episodios aún presentes en la memoria y tradiciones de los sollerics. En este caso se trataba de piratas procedentes del norte de África que realizaban sus incursiones en las localidades próximas a la costa mediterránea. Para prevenir y comunicar estos ataques toda la isla contaba con un sistema de torres de vigía, como las ubicadas sobre el puerto: la Torre Picada y el Castillo del Port de Sóller también conocido como ?Sa Torre?. En mayo de 1561 se produjo una terrible incursión cuya victoria sobre los piratas se conmemora cada año en el mes de mayo, siendo conocida como la batalla ?dels moros i cristians? El aislamiento geográfico del municipio con el resto de la isla, si se tiene en cuenta el duro camino que suponía alcanzar el ?Coll de Sóller? para comunicar el municipio, propició que durante el s. XIX se iniciara una gran actividad comercial con Francia a través del Port de Sóller en la que se exportaban los famosos cítricos del municipio, almendras, higos? y se importaban productos e influencias francesas. Este hecho dinamizó enormemente la economía y ocasionó diversos diversos movimientos migratorios (1835 y 1865). Ya en el s. XX y con el objetivo de acabar con el aislamiento del municipio se crea la línea ferroviaria que une Sóller con Palma a través de 13 túneles bajo las montañas, lo que permite intensificar las relaciones comerciales entre ambas ciudades. Dicha infraestructura es a día de hoy un importante atractivo turístico y sin duda la más fascinante manera de llegar a la localidad. La fisonomía de la ciudad actual, cosmopolita y con influencias modernistas es fruto de los años de esplendor de la economía sollerica.